martes, 18 de noviembre de 2008

POESIA


PERDIDA.

Y todavía se atreven a decir

que el alma no se relaciona con el cuerpo.

Pierde nada mas un amigo, un amor, un perro.

Y ese dolor profundo inexpresable con palabras,

busca su salida con dolor en los músculos,

con fiebre,

con dolor en los huesos,

con dolor en el alma.

martes, 4 de noviembre de 2008

POESIA


EXTRAVIOS


Extravíos entre botines,zapatos de charol,
botas de gamuza, zapatillas de cristal.,
con el zapatero perdiste tu inocencia.
Luego entre libros en la U. ,escapadas de estudiar,
extravíos de notas y esta vez perdiste tu virtud.
Con el tiempo ya mayor, entre cazuela y cacerolas,
extraviadas recetas de pudin, perdiste tu marido.
Ya con los años extraviados en el pasado,
has perdido tus recuerdos.



http://literayaisa.blogspot.com/

domingo, 2 de noviembre de 2008

FILOSOFIA ZEN

Desterrando a un fantasma

La esposa de un hombre estaba muy enferma. En su lecho de muerte le dice, "¡Te amo demasiado!, no quiero dejarte, y no quiero que me traiciones. Promete que no verás otras mujeres cuando yo muera o volveré para rondarte. Durante varios meses después de su muerte el marido evitó a otras mujeres, pero conoció a alguien y se enamoró. En la noche que se comprometieron, el fantasma de su difunta esposa se le apareció. Ella lo acusó de no cumplir con la promesa, y volvió todas las noches para atormentarlo. El fantasma le recordaba todo lo que habían pasado él y su prometida ese día, hasta el punto de repetir, palabra por palabra, las conversaciones que habían tenido. Esto lo trastornó tanto que no pudo dormir nada. Desesperado buscó el consejo de un maestro Zen que vivía cerca del pueblo. "Este fantasma es muy listo", dijo el maestro luego de oír la historia del hombre."¡Lo es!", contestó el hombre. "Recuerda cada detalle de lo que dije e hice. ¡Lo sabe todo!" El maestro sonrió. "Deberías admirar a un fantasma así, pero yo te diré que hacer la próxima vez que aparezca." Esa noche el fantasma regresó. El hombre hizo exactamente lo que le había dicho el maestro. "Eres un fantasma muy sabio", dijo, "Sabes que no te puedo esconder nada. Si puedes responderme una pregunta, romperé el compromiso y permaneceré soltero por el resto de mi vida". "Haz la pregunta", contestó el fantasma. El hombre sacó un puñado de frijoles de una gran mochila que estaba en el piso, "Dime exactamente cuantos frijoles tengo en mi mano". En ese momento el fantasma desapareció y no volvió nunca más.

POESIA


Siglo 21

Dos de metal,
uno de cuero,
tres en total,
Aretes en lóbulo izquierdo.
Hombro con águila tatuada.
Manilla de piel de cocodrilo, sandalias de pellejo crudo
Pantalón de dril cazador,
Camiseta negra
Cabello lacio, largo, negro, brillante.
Cara de niño.
Y en la muñeca derecha,
Para el nacionalismo manilla tricolor,
Guerrero,
Alma de guerrero.
Hombre que trasciende la Historia.
Joven reivindicando la fuerza en pleno siglo 21

POESIA

ESPEJOS
Mi reflejo en ti ,
bondad desmesurada Santa Teresa de Asís.
Cualquier paria, noche de luna nueva,
se asoma asombrado, el alma desacompasada.
Viendo el albo habito,
ligero,pequeño,rayado de azul.
La Santa viendo mis llagas las cura,
mas que con suturas, con su alma alba.
Y nos sentimos todos uno.
Viendo cualquier amanecer,
sufriendo cualquier descuido.
Horas cansadas del trajín del día,
pretenden recostar por lo menos el segundero.
Siempre atados a la eterna esfera,
que a veces cuadrada,
sigue igual en su ritmo,
acompasado, repetitivo.
Reflejado brillantes destellos,
reflejando opacos espejos.
Gotas de lluvia empañan su luna,
devolviendo trastocada tu figura.
Solo tu puedes reconocerte,
los demás en sus espejos,
unos de agua, otros de azogue:
Físicos reflejos,
que no del alma.

jueves, 30 de octubre de 2008

Poesia


ARDIENTE AMANECER

Mirabas fijamente, a través del ventanal
acechando mi inocente intimidad.,
Luego al permitirte entrar,
embelesado observabas mi dulce dormir,
hasta que el fuego de tu mirada me despertaba.,
Ahora soy yo quien se solaza,
viendo tu cuerpo desnudo al amanecer en mi cama:
espalda ancha quemada por el sol,
nalgas perfectas, piernas firmes.
todo lo que me hace ansiar una vez mas
que te asomes a mi ardiente interior
y despertemos juntos a la ardorosa pasión,
que dará luz al nuevo día.

cuento

SORTILEGIO
Gitanamora
L a oscuridad adelantándose a tus pasos va llenando todas las esquinas del puerto, llegas sigilosa, temerosa…Donde vas­­?
Los pocos ojos que pueden mirarte no lo hacen…Eres nadie para ellos, No eres de Puerto.
Pero…Aprietas el paso como si el tren te fuera a dejar. Más no te diriges a la estación., sigues de largo,
Avanzando por las calles estrechas desde donde se ve el malecón.
Asciendes penosamente, pero con un ánimo impresionante. Pareciera que la huyes a la oscuridad. Hasta que por fin te detienes
Choza de bahareque,
Piso de tierra,
Techo de paja.
Ya las estrellas están en el firmamento. La luna en creciente antecediendo la luz plena.
Por ahora es suficiente.
En el fogón de leña huele a café Así como tú, el aroma va llenando todas las esquinas de la pequeña chocita, bajando con esfuerzo hasta la estación del tren va luchando con la brisa en contra.
Pero como tú también logra llegar hasta donde quiere.
El recibimiento te desilusiona:”A esta hora no se pueden echar las cartas, como tampoco cuando llueve”
Pero…Yo…
Sin dejarte hablar, la pitonisa dice:” No, va más allá de lo que el Hombre desee. Es que no se puede… Te dirían falsedades y luego yo soy la culpable, porque las cosas todas te saldrían al revés. Mejor vuelve otro día, más temprano.”
Piensas: ¿Y si me quedo en el Hotel Viña del Mar o en el Estambul?, Madrugo mañana…
Pero como son últimos días de luna creciente de octubre, amanece lloviendo; sin embargo vas. Llegas nuevamente anhelante, luego de hacer el mismo camino y ahora con barro en los zapatos…
Y allí el mismo olor a café. Este nuevamente baja hasta la estación, ahora más fácil. No hay brisa en contra, pero las gotas de lluvia lo hacen oler a café aguado…
La augur la mira como con misericordia, es una joven bella y por lo visto muy desesperada.
Pero el recibimiento es el mismo: “Ni cuando llueve ni después de las seis de la tarde se deben leer las cartas, son engañosas”
Totalmente desencantada deshaces el camino…
Abajo te detienes…Ya no huele a café aguado. Ahora un olor a pescado frito llena el aire. Ya casi son las once…
Si tan solo me hubiera dejado decirle que en mis sueños todo sucedía tal como pasó: la noche estrellada, la subida a la choza, el café, el hotel, la lluvia, el barro, su negativa…
Tal vez se hubiera podido dar cuenta, sin leer las cartas que soy la hija que perdió hace tanto tiempo y tan solo quería decirle que también leía las cartas y que también sabía cuando no se podían leer.
Aquello en verdad no era cosa de leer cartas o de adivinar, era solo de sentir, sentir que tenia ante sí parte de su ser.