Los ojos de todos
los espectadores siguieron la figura masculina al internarse entre las filas de
la silletería del teatro.
Su pregunta genero miradas burlonas: ¨ han
visto un pañuelo¨?
Detrás de cada pensamiento bailaban otras:
¿Quién usa hoy día
pañuelos? De mujer? De hombre?
Limpio o sucio? Lleno de mocos tal vez?
Acaso era la prenda del amor prohibido? O
aquella robada al descuido de la amada?
Se usó para borrar las huellas en el vaso
que tomó el asesino? O simplemente para secar el sudor….?
Pudo también secar algunas lágrimas…o el
vidrio empañado del auto desde el cual veía alejarse la vieja casona de su
lejana infancia?
Limpió acaso las comisuras de los labios
después del beso?
O del resto de la torta de chocolate?
Aguantó como torniquete el torrente de
sangre tras de la mordedura letal?
Secó el rostro de la bailarina o enjugó
las lágrimas del pequeño caído?
Limpió sonoramente con golpes ligeros la
banca del parque para que ella se sentara?
O acaso fue usado como gorrito pegadito,
armado, anudado en las cuatro esquinas para evadir los fuertes rayos del sol?
Tal vez en alguna de sus esquinas anudado
guardó monedas en el seno de la vieja?
o tapó la boca del estornudo?
Pasó dulcemente a las manos de la
inconsolable madre ante el cadáver de su hijo?
Un pañuelo…Un
simple pañuelo…
Quien lo reclama?
Quien se burla?