viernes, 13 de diciembre de 2013

EL PAÑUELO.


Los ojos de todos los espectadores siguieron la figura masculina al internarse entre las filas de la silletería del teatro.
Su pregunta genero miradas burlonas: ¨ han visto un pañuelo¨?
Detrás de cada pensamiento bailaban otras:
¿Quién usa hoy día pañuelos? De mujer? De hombre?
 Limpio o sucio? Lleno de mocos tal vez?
Acaso era la prenda del amor prohibido? O aquella robada al descuido de la amada?
Se usó para borrar las huellas en el vaso que tomó el asesino? O simplemente para secar el sudor….?

Pudo también secar algunas lágrimas…o el vidrio empañado del auto desde el cual veía alejarse la vieja casona de su lejana infancia?
Limpió acaso las comisuras de los labios después del beso?
O del resto de la torta de chocolate?
Aguantó como torniquete el torrente de sangre tras de la mordedura letal?
Secó el rostro de la bailarina o enjugó las lágrimas del pequeño caído?
Limpió sonoramente con golpes ligeros la banca del parque para que ella se sentara?
O acaso fue usado como gorrito pegadito, armado, anudado en las cuatro esquinas para evadir los fuertes rayos del sol?
Tal vez en alguna de sus esquinas anudado guardó monedas en el seno de la vieja?
o tapó la boca del estornudo?
Pasó dulcemente a las manos de la inconsolable madre ante el cadáver de su hijo?

Un pañuelo…Un simple pañuelo…
Quien lo reclama?

Quien se burla?