martes, 5 de octubre de 2010

EL ENCUENTRO




Estoy de riña con el diccionario.
Es incompleto,
no encuentro palabras apropiadas
que puedan expresar
este sentir,
este vivir.

Todas enuncian un amor material
y las que se suponen van más allá,
ya suenan huecas, vanas.

No hallo como expresar
el encuentro de nuestras almas.
Cómo decir cuando te observo
que veo en ti toda la humanidad…

Que veo en ti más de lo que cualquiera puede percibir:
toda la bondad y toda la perversidad de la humanidad.
Pero en tal combinación,
en tal superación,
que solo se te puede,
otra vez amar.

KARIAKITO MORADO





Helena olía a kariakito morado. Su fragancia, en ella se reflejaba como el nombre: extraño y con ligero tinte violeta, fresca se sentía, como era ella juvenil.
Raro que siendo tan joven usara esa fragancia cargada de historias de amor, ganados con embrujadores sortilegios propios de mujeres mayores.
Pero en ella, el kariakito se volvía como su color lila, suave, tierno.
Hoy al pasar por el vecindario, de una ventana salió expelido el olor morado del kariakito y recordé a Helena.